16 de mayo. 19.25 horas

Publicado: May 16, 2010 en Uncategorized


Son las siete y veinte de la tarde, hace tan sólo veinte minutos que se fue mi novio. He comido un sandwich de una loncha de queso de pan integral y un melocotón….sin dudarlo me puse música me dirigí al servicio y metí mis dedos en la boca. Un esfuerzo indescriptible para poder aliviar mi alma. De nuevo. Joder. De nuevo lo hice.

¿Por qué no puedo dejar de hacerme daño? ¿Por qué me siento tan asquerosa tras un bocado fuera de lugar?
Creí haber dejado de ser una estúpida enferma, creí dejar de vivir con una continua obsesión.

Ahora voy a pagar por ello. Ahora siento un dolor fuera de lugar en  mis dientes, un escozcr en mi garganta y ya puedo percibir la molestia en mi estómago. Tanto esfuerzo en contra de mi. Tanta idiotez.

Sólo puedo afirmar que me siento en una paz infinita. Donde la tranquilidad alimenta los minutos posteriores a la idiotez. Sin más….

comentarios
  1. Santika dice:

    No es paz, es agotamiento. El cuerpo se agota después de un momento climático de tortura, y se relaja…pero eso, no es paz.La paz no duele, ni en el cuerpo ni mucho menos en la consciencia, ni tampoco perturba después del momento de relajación post-martirio, ni obsesiona…. La paz, es todo lo contrario, la paz es la meta; llegar a la meta, es difícil, pero sólo se logra tras mucha determinación por sanar. No hay otra forma de encontrar ese maravilloso estado espiritual, más que estando en buenos términos con la propia consciencia, con las distintas capas de la identidad, todos en armonía, perdonarse a uno mismo por lo que sea, amándose a uno mismo con toda la intensidad… Pero primero, hay que sanar y para empezar a hacerlo, hay que desearlo de verdad, hacerse de la ayuda y los medios necesarios, despojarse de los temores, tomar la responsabilidad… vale la pena.

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